

¿Qué pasaría si la pandilla no hubiera ganado la huelga?
MAITE SERNA
Si yo te digo que es una historia real, ¿prestarías más atención? ¿tu preocupación por el tema aumentaría?
Newsies (1992) es una película basada en los hechos acontecidos en 1899, cuando los repartidores de periódicos, los Newsboy Strike de 1899, hartos de todas las injusticias para con ellos, generaron una huelga gracias a uno de sus líderes: Kid Blink. Estos eran una banda de huérfanos, que se hacían llamar newsies, que luchaban contra los grandes editores, como Pulitzer y Herastand, para conseguir un sindicato que peleara por los derechos justos de los repartidores.
Es un hecho que si este acontecimiento no hubiese sucedido, ahora mismo la industria de la comunicación, sobre todo la prensa escrita, no sería lo que es ahora. Gracias a esta huelga, gracias a Jack (Kid en la vida real), la evolución positiva que han podido tener estos repartidores y la industria en general es emocionante.
En la película se relata cómo consiguieron hacer llegar la huelga y el motivo de esta a muchas personas en Nueva York, EEUU y el mundo. Jack estaba encerrado en un orfanato/reformatorio del que escapó con la ayuda del resto de compañeros huérfanos. Una vez fuera, empezaron a planear el ataque a los de arriba. De no haber sido por la genial idea que tuvieron de “utilizar” la vieja imprenta de Pulitzer para escribir e imprimir su propio periódico por primera vez para hacer llegar su mensaje, nada de esto habría sido posible. Gracias a que su situación llegó a todas las personas de Nueva York, pudieron luchar y enfrentarse con esos editores que les estaban oprimiendo, pagándoles un salario indigno y subiéndoles el precio de los periódicos.
En un momento de la película, Jack cae en un pesimismo en el que lo único que quiere hacer es desistir y dejar todo el tema de la huelga y los repartidores y huir. Pero gracias al consejo de un amigo suyo, recupera la esperanza y logra llevarlo todo adelante, pero ¿qué habría pasado si Jack no hubiese liderado la revuelta? Seguramente, la huelga no habría trascendido y todos los repartidores habrían mantenido esa situación inhumana. Seguramente, Jack se habría ido a California como decía que haría y habría recibido la espalda del resto de sus compañeros y amigos por haberlos abandonado. Podrían haber pasado tantas cosas que todos damos gracias de que nada de eso sucediese. Porque, al final, la empatía y el vínculo que generamos con Jack y el resto de huérfanos es tan fuerte que no podemos admitir otro final que no sea el que está. Un final desgraciado para todos esos niños con los que hemos pasado las últimas dos horas es algo inadmisible. Ellos se merecen lo mejor, se merecen una vida digna, se merecen un final feliz.